viernes, 4 de septiembre de 2009

juats!!!???

Papel, acariciado por las tintas de una imprenta, de una o varias personas... que con sus manos ha pasado entre tinta el papel. Papel lleno de letras que humedecen las manos de la angustia, del suspiro, del sentimiento individual, aunque dialogado... entre el autor y el lector, a través del libro... que se pasa a veces también colectivo.
Y yo me vuelo, entre cada estación yo me vuelo, entre cada página y cada punto, acaricio el papel o lo estrujo, subrayo, o dibujo. Incluso pretendo no dañarlo, pero eso si acariciarlo. Acariciando encontré al amor de mis libros.

De pequeña me escondía en mi habitación a leer mis libros. Cuando empecé a leer detestaba esos objetos impuestos y misteriosos. Mi padre me obligo a los 6 años a leer un libro por mes. Las repisas llenas pasaron de interminables a escasas. Enciclopedias de tapa dura, juveniles de "elige tu propia aventura"; conocer autores, editoriales, saber que en México la industria editorial dio para mucho en traducción al español, porque el franquismo en España censuro, también me lo aporto la pasión del libro. La cita anual en la feria, en cada feria, ver aunque sea de lejos a un(a) autor(a). Esperar con ansia que mi padre me llevase a escoger los comics cada domingo, con esas tintas maravillosas de colores ochenteramente chillones.

Empezar a escribir y acabar con las manos manchadas de tinta, y volver a los maravillosos objetos que son los separadores, o mejor dicho los ligadores de la memoria con el diálogo escrito... con gatitos y garabatos, de acuarela, flores secas y regalados. Hice tantos separadores de libros para regalar que después regalar un libro se me hizo costumbre, algo que aprendí también de mis tíos... Fui en un cortisimo tiempo de mi vida ayudanta informal de la biblioteca México, y de ahí se me ocurrió vender libros usados, que más bien era truequetear historias, en el tianguis de satélite. No aguante, tenia que estudiar concentradamente para acabar el bachillerato, y no podía estar hablando de literatura todo el tiempo, con los posibles compradores, no me metí en el mundillo de lleno. Renuncié a la carrera de letras clásicas, como opción, porque aposté a otras pasiones, pero no me olvide de las letras, estampadas en los... ahora, casi despreciados libros.
Ayer fui al supermercado, el "subgénero" betseller se vende en todas partes, en los pasillos que están junto a las tarjetas de regalo y los calcetines de caballero. Ahí estaban de remate varios libros, interesantes algunos, de remate... baratillos. Nadien les comprará???- pregunte-, están casi regalados. Y resulta que de pronto me sentí como de otra época, estaban súper mega promocionando las chunches que llaman "libros electrónicos"... juats!!!!????



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la tinta, el papel, acariciar la historia, mojarse las manos entre suspiro y gloria... Recordé mi primera vez con los diarios de Anais NIN, cómo se puede leer a esta mujer en un formato electrónico... ???!!!
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la tinta, el papel, las letras en las manos...
en que mundo, en que mundo entrarán nuestros sueños editoriales... entonces me alegre de que esos "libros" por ahora sólo sean posibles en un mundo de la "elite"...

que tengáis buena lectura este otoño próximo...
... yo ya empecé con *el amante del volcán*, de Susan Sontang...

salud!!!

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